Los traumatismos, tanto en dentición temporal como permanente, son las urgencias más frecuentes en las consultas de odontopediatría. Es importante destacar que deben ser tratados de forma inmediata, dado que de ello depende el pronóstico y la evolución de los mismos.
Lo primero y más importante es mantener la calma. Sé que es muy difícil, pero los papás o cuidadores debéis intentar estar tranquilos, o al menos parecerlo, para nos transmitir miedo al niño. Seguidamente, llamad sin demora a vuestro odontopediatra para que os dé las indicaciones oportunas.
Ante un traumatismo, la forma de actuar del odontopediatra será diferente dependiendo de si se trata de un diente temporal o uno permanente. Lo importante es valorar al paciente lo más pronto posible para determinar qué se debe hacer.
La mayores complicaciones, tanto en dientes temporales como en definitivos, ocurren por la falta de atención dental. Si tu hijo sufre un golpe, independientemente de si se acompaña o no con fractura dentaria, llama a tu odontopediatra.
Si se mueve mucho el diente, evitar morder por la zona y acudir enseguida a la consulta.
Si el diente se ha fracturado, intentar buscar el fragmento dentario y traerlo en un vaso con leche, con suero fisiológico o bien en saliva del propio niño.
Si se ha salido por completo el diente temporal de la boca del niño (conocido como avulsión), no reimplantarlo. ¿Qué más debemos saber? En algunas ocasiones puede que no encontremos el diente en el suelo y concluir que no lo vemos, pero puede que se haya introducido completamente en del hueso (lo que llamamos intrusión). Es por ello que es importante buscarlo para descartar este problema.
Si la avulsión se produce en un diente permanente (recuerdo que era la salida total del diente del hueso) se recomienda buscar el diente, cogerlo por la corona (nunca por la raíz) y lavarlo con agua. Es importante no frotar la raíz ya que tiene fibras del ligamento periodontal que deben ser alteradas lo menos posible. Seguidamente, es aconsejable intentar colocar el diente en su sitio ejerciendo presión con un pañuelo o gasa. Si no se puede, colocar el diente en un vaso con leche o suero fisiológico o incluso entre los dientes y la mejilla (con cuidado de que el niño no lo trague). Es de suma importancia para la supervivencia del diente acudir a la consulta antes de que pase una hora.