Mucho más que brackets.
La mayoría de las personas piensan que la ortodoncia es cosa de adolescentes. Sin embargo, muchos niños precisan comenzar el tratamiento antes. Existen problemas que han de ser diagnosticados y tratados a tiempo, a fin de favorecer el adecuado desarrollo de tu hijo. Así evitamos que en un futuro haya que realizar tratamientos más complejos, como extracciones e incluso cirugía de los maxilares.
En numerosas ocasiones, no se emplean aparatos, sino que terapéuticas preventivas de hábitos incorrecto combinadas con el trabajo en equipo con otros especialistas. No nos olvidemos que, en esta fase, el objetivo es que el niño crezca correctamente, con lo cual dejémonos acompañar, después, de pediatras, otorrinolaringólogos y logopedas.
¿En qué me centro en esta edad precoz (antes de la adolescencia)? En prevenir aquellas situaciones que perjudican el adecuado desarrollo de los huesos maxilares (maxilar y mandíbula), entre ellas:
Una alimentación inadecuada, como es la dieta blanda, impide el desarrollo de los huesos, con lo cual no alcanzan las dimensiones adecuadas.
Los hábitos de succión no nutritivos ( como el dedo o el chupete mantenidos más allá de los dos años de vida).
La respiración oral, que altera el equilibrio funcional de la boca.
La posición lingual alterada.
La deglución infantil.
Los maxilares estrechos o disarmonía entre ambos; si no se soluciona este problema a tiempo, cuando el niño está creciendo, el tratamiento posterior requerido es más complejo y los resultados pueden no ser tan satisfactorios.
No todos los pacientes precisan esta fase de tratamiento, pero si tienes dudas lo ideal es que solicites cita para una revisión. No esperes a que tu hijo sea adolescente para solucionar su problema de engranaje de dientes, cuando son niños a veces los tratamientos son más rápidos y más efectivos, a parte de que le ayudarán a creer de una forma más armónica.